Sunday, December 04, 2005

De Espaldas

me preguntas porque estoy de espaldas cuando tu no lo estas
y yo me pregunto porque tu estas de espaldas cuando yo no lo estoy.
De coraza sigo sin saber tales posiciones
De amalgamas como satelite rodeante
De evocaiones de tus sonrisas oblicuas, dulces
A través de travesías en buques sin helices,
tal vez con leve calado
tal vez sin ruta clara.
Y estás frente a tu tinto que abrazas con tus dos manos
y me miras y te sorpendes,"por que te volteas?" susurras
"bailamos un vals" te pregunto.
Sonríes y dices en silencio "Bueno"
Asi que vuelvo y me acerco a tu espalda
y por segundos te pierdes, pero vuelves
de nuevo sorprendida, pillada, azorada
no sueltas tu tacita y rehuyes agregando dos cuadritos
de azúcar o tres, y entonces te tiendo la mano para empezar
"uno de Chopin?" pregunto, "uno de Chopin" respondes
y doy un paso largo, de espaldas quedamos,
y das un paso largo, transversal a las placas del suelo
y ahora de frente, de frente y de espaldas
el tinto y el agua se acaban
unas vueltas más, un, dos, tres
vuelta y media y terminamos
De espaldas, pues nuestros ojos certeros
están clavados allí, cerca del corazón
pero protegidos por el esternón
razón suficiente para entender
el porque de la cara oculta de mi prisión

Saturday, November 05, 2005

The Poet Acts

(...) A la mañana siguiente le dijo adiós y le entregó el borrador del libro de cuentos en el que trabajaban juntos desde que se conocieron. Marcos no suplicó, solamente se limitó a acompañarla hasta la estación del tren de Miraflores con la leve esperanza de que ella a último momento desistiera de su idea y volviera a reconstruir el crujir de hojas secas acompañado por la lectura de un cuento de Caicedo, de Márquez, de Quiroga o de Sabato, de Lovecraft, o de algún importante genio de la literatura que se les cruzara por las manos. Pero ella no cambió de parecer y más pronto de lo que él había calculado, se subió al vagón del viejo tren. En ese momento ninguno lloró, ni él ni ella traspasaron el umbral de la cordura, ni se acercaron a la tristeza del adiós. Teresa besó suavemente la mejilla de Marcos, lo miró tierna pero fugazmente y no se atrevió a decir ninguna palabra, ni a volver la mirada como siempre lo hacía. (...)

Y en mis oidos resuena The Poet Acts de Philip Glass

Wednesday, November 02, 2005

Por las calles

Leer resulta interesante, y ante la imposibilidad de hablar, que mejor que intentar pensar leyendo estos garabatos. Y he aquí que estas frases describirán la sartada de trivialidades que hoy me han condenado a no escucharte y a no verte. Mañana oscura, húmeda, fértil para mis pulmones y así hojas y flores amarillas salían de mis cuencas. Como evitar decir que el hecho de que el carné se me quedara resultara una preocupación adversa al pensarte. O sea, dicho de otra forma y más anónimamente, esas neuronas llenas de materia gris y púrpura pasaran a ser parte del grupo inadecuado de fruslerías. Más no hubo temor, ni desazón, ni descorazonamiento. Solo fue olvidar y abocarse otra vez en cosas que si debo imaginar. Y caminar lento, de forma pausada y pidiendo permiso al cielo. Un paso; una imagen. Un tropiezo; un recuerdo. Calles que inundan tierra y que son inundadas a la vez por agua, agua de las nubes y de mi alma, torrente de besos, abrazos y palabras. Riachuelos de ojitos que desembocan en lagunas perpetuas, de donde sale Sol y se oculta Sol, cada hora o cada día, cada minuto de bocanadas frías. Me pasmó y recuerdo el dinosaurio que aplastaba un barrio y una casa naranja. Todos despavoridos y a salvo por segundos del pie gigante y sucio. Que corren tus dedos, sobre las teclas dispersas dibujando el reptil, trazando su acecho, con sus grandes patas y su fétido aliento, con sus largas garras, sus carnívoros instintos. ¡Clic! Se ha mandado a la carnicería y se ha comido a tantos, más besos también creados, los que de tus manos salieron, bajo el arrullo de la jungla, luna y cielo.

Saturday, October 01, 2005

Realismo Mágico

Fue tan punzante verla dormida en el salòn I-205, con su cabeza agachada, en el rincón más frío del cuarto, tanto que mi pecho presentó un zarpullido que duró varios días. La ví a través de la ventana, cuando yo paseaba por un camino serpenteante del jardín Humboldt, con sus demás compañeros, agazapados toditos en un rectángulo de 2 x 2 metros, tal vez traspasándose el aliento típico de alguien que vive. Ahí mismo me quedé clavado en el vidio incoloro, sin saber si gritar, o reir, o llorar, no supe que hacer, las emociones fluían constantemente pero quedaban atrapadas entre el corazón y el estómago, haciendo remolinos que terminaban convirtiéndose en nudos aún más que ciegos. Pasaron los segundos y los minutos y mientras sus boquitas se arqueaban hacia arriba, sonriendo levemente, mis piernas se aflojaban cada vez más, hasta el punto de que tuve que colgarme del marco de la ventana para evitar caer de bruces en el barro. Mi último acto de aquella tarde fue un retiro digno hacia las bocas del Freud, para engolonizarme con las mentas de la marihuana y el humo espeso de la hierba. No habían muchas personas o más bien, si habían muchas, pero estaban tan dispersos que ni se notaban, ayudadas además por sus cuerpos tan delgados que casi se llevaba la brisa de la noche. Me senté cerca de un joven alto, desgarbado y enchochado con su cachito, como a 1 metro de distancia. Miré a Antonio y con una seña le indiqué que lo mismo de siempre. En realidad lo mismo de siempre era un cigarrillo de 5 cm de largo. No necesitaba otra cosa y más que querer vomitar después de una trabada bestial, lo único que bsucaba era recordar el sabor y el olor tan alucinantes.
Fueron "10" minutos de placer, imaginación y meditación.
Las sesiones de pensar plácidamente y de que aquello te gustara y quisieras hacerlo mcuhas más veces eran algo tan sublime que esos "10" minutos se alargaban a a "10" horas y esas "10" horas, luego del mismo proceso de los minutos, se alargaban a "10" días-noches (o sea 5 días y 5 noches), pero ya en ese punto el efecto caracol se detenía, quizá porque las noches absorbían todo y era cuando necesitaba otro toque, exactamente a la sexta mañana.
Y lloré oculto esa misma noche, en la facultad de Ingeniería, en un salón solitario y frío, y mis tímidos aullidos hacían eco en las paredes desconchadas, en los puestos graffiteados, en el tablero metálico, en el techo de zinc, en los cristales sucios, chocando de nuevo contra mi garganta, realimentando mi débil llanto. Solo cantaba Saúl Hernández a través de mis audífonos, Detrás de los Cerros que coreaba y mi pelo que se iba enzopando con tantas lágrimas.

Saturday, July 16, 2005

El Comienzo

Realmente fue difícil empezar con el relato de Daniel y aun más difícil fue seguirlo y aun más, más difícil fue terminarlo. Involucrarse en ese mundo, superficialmente monótono, resultó una tarea bien desgarradora, pues era como ingresar en un mundo lleno de sueños-pesadillas que chocaban contra todo recurso agradable o por lo meno aguantable que existiera. Hubiera preferido escribir la historia de un asesino en serie, que mata por doquier, pero que juega con cosas tangibles y que en algún momento existieron. En cambio econtrarme indagando en ese gran pequeño lago de abstracciones, me resultaba extremedamente confuso y doloroso. Ese ser extraño pasaba de unestado casi somnoliento a uno mas imaginativo que se sobreponía a los sueños estándares y a cosas relacionadas con los desdoblamientos planeados y no planeados. Sinceramente era como si en el solo existieran demonios pasivos sin una violencia visible, sin una actitud de diablo, pero que, cosa de pesadilla, dominaban todo un ejercito de seres horrendos que cargaban con sus hachas y espadas en momentos indeterminados y contra seres aleatorios. Porque, como dije antes, un psicópata ya tiene objetivos relativamente claros que trata con métodos ya definidos por sus propios miedos. Se encuentran los que dejan sin piel a sus victimas, los que cortan el sexo sin pudor, los que descuartizan como si se tratara de simples muñecas, los que dejan marcas cual firma personal, los que roban corazones o los que extraen los ojos dejando cuencas vacías. Un sin fin de tatuajes pero a la vez una serie de recursos finitos que se enmarcan dentro de catálogos definidos previamente. Algo particular, todos esos métodos llenos de sangre y carne, podrida toda pero igual, igual como si fueran trozos de miles de reces exhibidas en una carnicería.

Tuesday, July 05, 2005

Escrito desde la tumba

Tras la puerta, en el suelo del pasillo, manchas fosforescentes, sangre irradiante,pequeños grumos, la cara contra la baldosa helada, los miembros flotando, el aire que no entra en los pulmones, la lógica no cabe, la cordura subyugada, los fantasmas de la muerte, realidad exterminada, preferencias incoherentes, los recuerdos concentrados en toda la mente, el murmullo de la noche, las notas de un llanto, tres trites rostros, no hay mirada, no hay futuro, el miedo cubre la sala, un abrazo impotente, las imágenes pasan en la cinta, las fotos de siete rollos desperdigados por doquier, un temblor, los huesos como cáscara de huevo, el dolor pesado y pasado combinado con la sangre de un ayer, sigilósamente el terror marca el comienzo de la noche singular, los ojos dejan de ver, el espejo sobre el techo refleja algo patético, y resuena aquella palabra fuertemente con más desprecio de lo que significa, la boca se sella, el humo se apodera de las cuatro paredes, los dos rosotros fijamente clavan su mirada en la transfiguración de la tristeza, se carga el cadáver inerte, se deposita sobre filamentos de algodón, el líquido turbio sube por la garganta, los seis ojos se derriten en completa desazón, a lo lejos una vocecilla clama un ruego de vida, se agudiza el oído para escucharlo, es ininteligible, es incomprensible, es imposible, es ruido, desperdicios dejados de una obra de arte, el rostro aún vivo se acerca al aliento de la muerte, todavía los hilillos de agua salada surcan las sienes calvas, escucha desesperadamente, es en vano, es horrible, ve como cada centímetro de carne se quema, y la alcoba comienza a llenarse de un aire pestilente y mortífero.

A las 11:47 p.m. Mercedes de la Roca, acompañda ppor su hja Inés, observa desde un rincón de la pieza el cuerpo petrficado de Juan Miguel de la Roca, defensor acérrimo de la fortaleza divina, que atacado en una emboscada, muere terriblemente entre sollozos desesperados nacidos de un amor quimérico. Las últimas palabras de éste resuenan sordamente mientras su cuerpo se va descomponiendo lentamente: "Diganle a Maria Camila que la amo y que la amaré en el otro mundo y que por favor no me deje, no me deje". Luego expiró y ya nada quedó.

Monday, June 06, 2005

En Lontananza

te fuiste yendo por el sendero de la montaña
mientras tu olor penetrante quedaba tras las piedras y las hojas
mientras tus ojos negros ya no observaban mi cuerpo derruido
mientras yo te llamaba con un sonido sordo y grave, incapazas de llegar a tus cansados oidos

Thursday, June 02, 2005

Sueños

Nublado, denso, oscuro, amanecer claro y más confuso.
Realidad venenosa e inútil.
Mundo que sobrepone pasiones perdido tras las sombras.
Escapatoria hacia una celda más compleja, de donde no puedes ni quieres salir,
pero que infortunadamente los rayos pálidos de la verdad física espicha despiadadamente.
Nudos que no podemos resistir, que nos hacen sudar gotas de sangre,
que enredan y nos revelan trozos de incertidumbres haciendo que palidezcamos
mientras dura.

Se libran batallas entre demonios encantados,
entre los huespedes de nuestros cuerpos,
silenciosos en el día,
pero aguerridos en la noche.
Pobre carne, los pulmones, el hígado, los pies, las manos;
atados por el inconciente aque sale a flote violentamente,
desgarrados hasta el límite, sacudiéndolos fuera de la frontera racional
que inexplicablemente deja de existir, como si fuera enterrada en una tumba perdida.

Más que imágenes,
más que abstracciones,
mucho más que garabatos de la mente,
se sobreponen y dominan nuestro pequeño ser
dando paso a códigos indescifrables,
a obsesiones cruelmente crónicas,
a viajes sin retorno que se proyectan en nuestros pasos del día siguiente,
cargándolos de un peso invisible y una agonía constante.
Ni una gota de ciencia en ese estado penoso,
ni una gota de pureza metafísica,
ni una flor bella que pudiera dar vida real a ese campo pedregoso

Saturday, May 21, 2005

al acabar crimen y castigo

Las lágrimas rebosaron el límite al ver a Raskolnikov de ese modo. Una emoción parecida al momento en el que una obra va naciendo con un murmullo apenas audible y que con el pasar de los compases va creciendo en el útero de la orquesta, un cresscendo monumental hecho por decenas de sensibilidades adheridas a las cuerdas, a las bocas de las formas metálicas o de madera. Cada ser minúsculo de mi mente, cada demonio, cada ángel, todos en comunión, alrededor de aquel gran banquete que un gran escritor plantó solo para mi. Muchas lágrimas y ahora que todo se ha vuelto un recuerdo apenas palpable, la reflexión y una especie de desazón se filtran entre los intercisios de mi alma. Por fortuna hago de aquellas obras una obsesión enfermiza y un país más en mi mundo de sueños a falta de uno real.

Tuesday, May 17, 2005

a mi guitarra

veo un alma por allá
un alma que embriaga con sus palabras
que es incondicional con aquel hombre
aquel hombre que vive en una constante soledad

y él la toma entre sus brazos
la toca y la acaricia
y sobre su pecho caen
pequeñas gotas de agua
de las que brotan semillas
de donde nacen ríos de tristeza
ríos que poco llevan a la felicidad

y la sigue acariciando
y la observa fijamente
y se le acerca poco a poco
hasta que puede en sus labios un beso depositar

pero de repente el hombre se desvanece
y cae en abismos profundos
en laberintos sin salida
que lo enloquecen para toda la eternidad

y entro en sus pensamientos
pero no puedo encontrar
ese dolor tan profundo
que lo único que hace es matar

pero ella lo vuelve a abrazar
lo envuelve en bellas melodías
le susurra al oído que ella nunca lo abandonará

y el hombre la mira fijamente
hasta poder sus venas
donde corren aguas cristalinas
que llevan a una gran inmensidad

y la roza lentamente hasta que ella ríe
hasta que ella habla al hombre
lo consuela y lo ama toda la eternidad

pero el hombre vuelve a caer en los suburbios de la desolación
y parece loco
se tira al suelo y muere ahí
y ella, su guitarra, es la única que se encuentra
en el momento de su defunción

Thursday, May 12, 2005

persistencia

por actuar como actúo
por pensar como pienso
por querer como quiero
por ser malo, crueldad bajo la masa

¿qué de bueno en esto?
¿qué de grotesco cabe?
simple y complejo, totura del infierno
nada pesa más que mi cabeza

eterno mamparo
paraguas roto, sombrilla harapienta
eterno mamparo
buscar en las canecas
nada más que hilos de brisa

por volar como vuelo
por soñar como enfermo
por vivir en lo etéreo
por mirar y no hablar, escuchar sin interactuar

así nada más
tomar, vomitar, inhalar, malgastar, matar
mover las manos,girar los ojos
otra sonrisa, otro encuentro,
misma historia, diamantes y costras
asi, asi será
de esa forma y nada existirá

Saturday, May 07, 2005

retratos de una tarde

Una torre del vigía
palomar que ser erigía
sobre la muralla del mar
con rayos de un sol peculiar
avistaba a un guitarrista abstraido
con una caja negra en su esplada
soldados que no han nacido
las cuerdas y las lanzas se cruzarán

Son parajes singulares
por donde los caballos van
son losas de cemento
que de un extremo a otro
cruzán sobre lagos y túneles
que siempre subsistirán

cómo notarlo sin perderlo?
cómo callar si no se puede hablar?
cómo, paloma del cielo, tus vastagos conocerán
sin convertirse en piedras del más allá
y en suspiros que jamás cesarán?

cinco minutos después...

sol de media tarde
¿por qué lo sigues haciendo?
nos ves que tus rayos
hieren mis huesos
más sin embargo creeré
que por ella es que lo haces
y por ella es que cada mañana nacés
razón de más para aceptar
mi derretimiento, ante ti bella veldad

Sunday, May 01, 2005

purpura y gris

Purpura es ahora el mundo
humedad de la raíces y de las hojas
cielo transparente debajo de nuestros pies
gotas suben por las piernas rozando como densa miel

Purpura es el color de tu capa
con chapas doradas, botones y almejas
trozos de plata y diamantes que palpan
tu tersa piel, cual gamuza, figuras que hará él.

Sunday, April 17, 2005

recuerdos

Escribir. ¿Escribir? Pero, ¿qué? Me pregunto eso todas las veces que trato torpemente de plasmar algo en el papel. Pienso en mi historia , en mi niñez, tan alegre, época en la que no meditaba acerca de todo y de nada (como ahora), en la que jugaba apasionadamente sin necesidad de caer en cuenta de esa pasión, en la que gozaba con un televisor a blanco y negro ajeno (afortunadamente) a toda la basura tecnológica que hoy nos inunda, en la que creía ciegamente en el amor elevado por un gusto impulsivo, derrochado felizmente en una pequeña credencial, tan bonita ella, llena de mensajes cursis pero que a la vez eran tenazmente reveladores. Paro de escribir y releo esas pequeñas letras tratando de descubrir algún indicio de sentido de la vida y viédolo me ato a ellas, a sus recuerdos vivos por si solos y aunque me lo pidan (y hasta me lo recriminen) no los dejaré (mis recuerdos), ni los enterraré, ni los ignoraré, porque ellos, más que yo, poseen una semilla de vida que me salva de la cotidianidad tan horrenda. También pienso en escribir acerca de las cosas que giran a mi alrededor, pero un aire de desanimo y pereza sopla sobre mi corazón, haciendo olvidar cualquier intento vano que pudiera rescatar mis días de trabjo y ocio.

Solo puedo escribir acerca de mis obsesiones atadas con un lazo onírico y voluptuoso.
A ti, Mariaca, que para tu infortunio ya haces parte de este mundo maniático.
A.P.

Thursday, April 14, 2005

creí estar

Pensaba en ocasiones que el mundo de estas personas algo parecidas a mi (en ese entonces muy parecidas) era mi salvación. Entre pensamientos disociales, meditaba acaso, que mi mente podría navegar sin miedo a naufragar. Con miradas astutas e idas del mundo de afuera, creí poder empatar, para sobrellevar las jornadas de una forma menos propensa a la materia carente de todo sentido. Si. Creí encontrar allí sentido entre todo lo que para mi no lo tiene. Pero ¡oh! sopresa, el muro concretamente social también estaba inmerso en ese mundo pseudo perfecto.
COmo escribía Sabato, ese gusano policerebreal, se arrastraba también el los alrededores e interiores de esa selva mutando horrendamente cada centímetro de una pureza que creé ingenuamente en mi cabeza. ¿Será acaso que sombras errantes y remotas pasearon por allí en algún momento dándome la sensación extraña que me motivaba a involucrarme con una de ellas (sombra)? o más bien, ¿el éxtasis y la drenalina que producían las guitarras y los bajos y la batería y la melodía y la voz y los gritos, cegaban mi razón?
Pensándolo bien es esa última hipótesis la que me movía a arrastrarme hacia los sótanos de algún tipo de perdición, para pudrirme y enloquecerme o quizá para elevarme sobre la ponzoñosa y creciente montaña de los demás. No gente. Allí tampoco. No ojos y voces horribles que desprendan la misma mirada y los mismos vocablos de maniquís creados por docenas. Si, es eso: Sociabilidad e interacción la que acaso me molesta voviéndome paranóico e irascible. Sencillez de la gente que por algún aire apestoso de civilización (¿habría civilización sin manadas de humanos?) se transmuta en la misma joda. O esperanza de compañía es lo que hace que eso pase, en contra de lo que ya somos por naturaleza. Y también, como no, amargura y desdicha mía, creciente en desmedida, lanzando dardos sin puntería, sobre un blanco que no existía ni existiría. Pero bueno la realidad es que en todo GRUPO SOCIAL (bien subrayado) existen los contrastes enemigos y no complementarios a los que tanto temo y odio, dando lugar a mi huída silenciosa, hipócrita y encarnizada a algún lugar que no es ningún lugar. Que depronto sea algún lugar virgen, inhabitado (por humanos desagradables) habitado por espíritus nobles que marcan los límites entre lo irracional (esa alternatividad no es más que una pantomima) y lo racional dentro de otros razonamientos. Matemáticos locos, escritores y poetas demoniacos, pintores solitarios y abúlicos, músicos (MÚSICOS) bellamente inalcanzables y extasiadamente retraídos. Siluetas perdidas, entre cápsulas mimetizadas por su egoismo justificado, bailando en atmósferas descarriadas.
Tristemente no soy una de ellas. Estoy en una línea limitante que me deprime lenta pero inexorablemente haciéndome olvidar de almas que por algún motivo sangrante buscan cosas inservibles y más bajas que mi auténtica depresión y que no puedo darles. El genio inherente, ni la disciplina apabullante desbordan mi corazón. Si acaso estoy en una cápsula, no es una cápsula fuerte e inviolable, pues desgraciadamente todavía se filtran por ósmosis o difusión fragmentos de normalidad éterea. La pasión desgarradora con la sensibilidad siempre herida son las que me arrastran hacia esas islas perdidas y solitarias. SOn las que inquebrantablemente me duermen los miembros llevándome a experimentar terrbles pesadillas que cierran el paso a cosas banales, tontas, obligadas, del lado ¿iluminado? de la tierra.

Sunday, April 03, 2005

en la noche del viernes

Fueron unos cuantos pasos y ya me encontraba en la pared grisácea. Nadie me vió, nadie contó conque un ser ridículo los observaba cándidamente, envuelto éste en su propia telaraña, enredado en en cada fragmento de la telilla endeble, listo para devorarse, sin jucio alguno, salvo el que poseían sus garras y sus mandíbulas. Sus ojos, que quedaron desparramados en el suelo, fueron los únicos indicios de que alguna vez existió. Adios mi mosquita.

Thursday, March 31, 2005

veinte poemas

Miguel penso por un largo momento en el día en que conoció a Alejandra. Veinte poemas se posaron en su cabeza y sin embargo no tenía ni la más mínima idea de como ordenarlos. Se sintió nervioso, torpe, feo, algo rígido y por sobre todo él en uno de sus estados más demenciales. Un oleo pintó al día siguiente y se lo entregó. Ella lo vio y huyó despavorida, tratando de indagar las pinturas, las picneladas, la sangre que manchaba los bordes de la hoja. Luego, al rato, volvió y lo observó ensimismado en sus pensamientos, con mirada absorta lo llamó y el entendió. Partieron, partidos, en un mundo roto, desde callejuelas marcadas por las hojas de los árboles que caían por ese extraño otoño que los había pillado desnudos. Si, hacía frio pero ninguno lo sentía, abrigo eran más bien sus manos y lagunillas eran sus soledadades inherentes que subían por sus vientres encontrándose de frente con dos rostros apacibles, callados, cuartiados, sonrientes, con una extraña mueca que provenía de algún estado de ebriedad que enjuagaba su existencia. Cogidos de la mano caminaban, cuando ella la soltó para regalarle una pequeña flor marchita que había mantenido guardada toda su vida entre su espalda y su pecho. Ahí murió, arrollada por una moto espectral. Ahí se arrodilló y lo volvió a agarrar para depositar en su mano el sagrado recuerdo, para mirarlo largamente, para expirar eternamente. Y dijo adios. Te volveré a ver. ¿cierto? Y Miguel no supo que responder.

Sunday, March 27, 2005

diario2

En mi capa todavía quedan restos de sangre coagulada de compañeros y enemigos que ante mis ojos cayeron dando gritos de dolor y de euforia. Creo que perdimos unos diez hombres y ahora nosotros, el resto, huímos silenciosamente hacia las partes altas de la montaña. Hace frío y la lluvia nos acompaña en un acto de dolor melancólico. Aunque el capitán nos pidió que hiciéramos el mayor de los silencio, es inevitable que Sabastián emita gemidos y que Miguel llore. Están heridos y el recuerdo los maltrata sin piedad. Pobres. Fueron unos cincuenta los que nos emboscaron, cerca del bosque Ramas. Ahora solo puedo vislumbrar sus mascaras oscuras y sus arcos plateados que dispararon las mortíferas flechas que en cuestión de segundos masacraron toda nuestra vanguardia.

Tuesday, March 22, 2005

un fragmento de una llamada

(...)Bien y tu ¿cómo estás? Si bien, y seguía con la lista de frases célebres. ¿qué haces? Nada, o algo, o más bien nada pero ahora hablo contigo porque llamaste. Si, llamé porque te amo, porque me hace tanta falta tu voz, tu silencio, tu tos, tus dilemas, tus como estas?, tu silencio, tu garganta, tus estoy bien o estoy mal, tu ingenuidad, tu ternura, tus me dejas sin palabras, tu silencio, tu gratitud, tus problemas, tu depresión, tu efusividad, tu silencio, tu tiempo y tu miraada lejana, tu movimiento de los dedos de los pies, tu sonrisa, tus leves carcajadas, tu atolondramiento, tu silencio, tus finales de te quiero te quiero te quiero, tu negativa a querer o deber colgar, tus peleas con tu familia, tu silencio, tus lágrimas, tus deseos de querer escribirme, tus te escribí anoche, tus chao pero no quiero hacerlo... No dije todo eso. Solo quedé atónito, aletargado y pensando en no hacer eso (necro-pasividad) sino más bien en decirle frases bonitas (...)

Friday, March 18, 2005

¿Acaso una justificación?

"para el (Andrés Caicedo) madurez es sinonimo de vejez; mientras la
sociedad burguesa proclama los valores supremos de su organización,
"TRABAJO, DISCIPLINA Y DINERO", el romántico, que siente la
insignificancia de su existencia frente a la poderosa maquinaria
invensible, reivindica para sí otros valores corrosivos: los sueños, la
indisciplina, la noçche, la holganza. "

Cristóbal Peláez, a propósito del escritor colombiano Andrés Caicedo

Wednesday, March 16, 2005

Sincopa

la partitura de la realidad
compas binario y arbitrario
compas simple y armadura no alterada
en tonalidad jonica, sin mas prejucios, sin saltos
sin transcripciones, sin transgresiones
plana, ritmica, ordenada y por eso tediosa
sin sol, que es luz
sin sol, segunda linea
clave de las claves
sin messopianos, sin fortes o fortissimos
linealidad absoluta, rellena de polvo, rellena de normalidad
desgraciada normalidad, reglamentada y esteorotipada
ajena a mis pobres acordes, a mi musica, a mi esfera, a mi cuarto
como sincopa que se abre de la simplicidad, yo,
voy en medio de la nada y del todo, quiza mas simple y mas burdo,
sinfonias barbaras al lado de los palacios y las estructuras que se ensombrecen los vagones del viejo tren,
que me ensombrecen, que me halan, que me escupen y me pisan
aun cuando voy en contratiempo, arritmico, raro.

A.P.

Saturday, March 12, 2005

A ella, la desconocida del bus.

Mi calor artificial. ¿cómo llegaste hasta aquí? Sentado en una banca obervo tu esperado advenimiento antes que logre entender como fue. Del frio a tu ternura momentanea y grandemente significativa. Y tu catarro también cubre mis alveolos. Luz artificial y poca que da gotas puras y desinteresadas a mi piel reseca. ¿podrías decirme que no te vas a marchar?¿podrías quedarte aquí por horas sin que sepas que tu piel lubrica la mia? Es mejor que no te des cuenta que miro gravemente tus ojos y tu cabello. ¿cómo lo tomarías?¿ahh?no quisiera ver tu reacción tan rencorosa e ingenua si aquello pasara. Mejor sigue acariciándome mientras tu aliento perdure el poco tiempo que dura nuestro viaje. Como desearía abrir mis brazos y refugierte entre ellos para sentirte aún más cerca. ¿pero acaso te gustaría?no creo. No voy a abusar de la confianza que has depositado en mi. No voy a agredir tu agradable presencia para que huyas sin remedio y con asco. Te observare asi: disimuladamente, vorazmente, sin discreción pero a vez con descaro. Te obervare hasta que te bajes y no te vuelva a ver. Y tu no me vuelvas a ver.

Wednesday, March 09, 2005

Horizontes

Cuantas cosas he pensado sin pensar
cuantos kilometros he caminado sin caminar
cuantas cosas han sucedido sin trascender
cuantas imagenes han pasado sin quedar
Te vi muchas veces
rodeada por caminos polvorientos
por selvas tranquilas
por rios anchos e inquebrantables
la brisa azotando
tus ojos fugaces, intensos, llamando
sobre desiertos y sobre praderas
sobre el barro y las flores
con hambre y con libertad
con eterna contrariedad
mas sin embargo caminamos
escalamos y sufrimos,como nunca
como siempre por que siempre
las espinas se nos clavaran
porque tendremos que reptar
sobre la nieve para poder llegar,
para poder rearrancar
por un camino tácito
por el mismo o por otro
por un camino al revés
la entrada al final, la salida por detras
el ciclo sin fin y en fin ese será el fin

a.p.

Monday, March 07, 2005

Un poco de Melville, sin conocerlo

No hableis de la amargura de la edad madura, un adolescente puede sentir esto y mucho más cuando cae en su alma joven la bruma nocturna, y esta mancha jamás llegará a desaparecer, marca harto profundamente

Herman Melville

Sunday, March 06, 2005

Diario (1)

Hoy te escribo desde una montaña remota. No se en realidad donde nos encontramos. Como te dije anteriormente somos un grupo reducido. Tal vez veinte hombres; no me he puesto a la tarea de contarlos. Ya es de noche y lo que en la mañana, fue una visión clara por la nieve y fresca por el aire combinada con los rayos del sol, ahora se convierte en una marea oscura y temible que acongoja hasta la postura arrogante del capitán. Se escuchan solo algunas notas de esa canción tan melancólica que toca p. en una flauta desgastada y pobre. Ya el capitán lo manda a callar arguyendo que podría rebelar nuestra posición. Lo que me pregunto esquien nos descubrirá si en un mes de busqueda e intensos patrullajes solo nos hemos topado con algunas míseras plantas y vestigios de personas errantes que quizá hallan pasado por aquí. A veces creo que todo esto es una locura y que los que estamos acá ni siquiera tenemos una razón clara para helarnos en esta inmensidad. A cada rato recuerdo el calor de nuestro cuarto. ¿Recuerdas cuando dormíamos por horas cercándonos con nuestros brazos y nuestro cabello mientras la melodía de los árboes que crujían alborotaban cada sentido y cada latido de lo profundo de esas raíces que nos formaban?
Tuve un sueño esta mañana, justo cuando marchábamos carca del Lago Verde en inmediaciones del Bosque de Neblina.Tal vez mañana te lo cuente : en este momento ya las fuerzas me abandonan y el sueño intranquilo de cada noche es mi único refugio para adormecer el sufrimiento que produce tu lejanía.

Cerca de una fogata.

Thursday, March 03, 2005

una araña

me causo gran curiosidad como estaba allí. Y como se lanzó hacia el piso y en el momento en que iba a destriparse contra el suelo soltaba su cuerdita, invisble para mis pequeños ojos, para mis ojos tan prehistóricos. Y empezó a escalar, lentamente, pausados segundos de un minimalismo creciente, hasta llegar al techo, donde se quedó urgando y esperando alguna señal para vovler a precipitarse...ya lo volvió a hacer.

Monday, February 28, 2005

un dia1

un dia1

mirar el reloj y observar los numeritos rojos. Son cuatro en total, aunque algunas veces uno de ellos se desaparece. A esa hora (y ellos son la hora!!) son un fatidico trio, indiferente y arrogante. Los observo y sin embargo no se inmutan, solo lo hacen para renovar uno de sus miembros, de forma irrespetuosa como si yo no existiera.
Mirar el techo, lejano, ahí, quieto, cubriéndome, como un protector que sin embargo no puede abrigarme eternamente. Techo de me vida, tanto que te he visto y hasta ahora escribo algunas palabras de agradecimiento por soportar mi mirada sagaz, triste, melancolica,tenue. Por lo menos te saludaré la proxima vez que intente observarte.
Prender la luz, de la lámpara de la mesa de noche, o de la lámpara de la pared. Eso depende de mi ánimo y mi interés por ver luz o más luz. U otras veces no prender ninguna de las dos y quedar en tinieblas interactuando con las cosas como un ciego.

"play:Braveheart, soundtrack, cancion 4"

Tender la cama, mediócremente, intentando siempre batir el record de 5 minutos. Casi nunca puedo. El impedimento es esa cobija gigante que estorba en las esquinas y que no se deja doblar tan fácilmente. Otras veces sucede que el desánimo es tal que mis miebros vuelven a caer sobre el colchón, destendiédo todo o nada, hasta que mi amada conciencia me grita desde adentro injurios y amenazas.

"stop:Braveheart, soundtrack, cancion 4"

Seguir hasta el baño. Mirar en el espejo y ver mi cabello grasoso y maloliente, mis lagañas pegadas a los lagrimales, la irritacion de mis ojos y las ojeras que los rodean, como un asedio.
Entrar a la ducha, con cuidado de levantar bien los pies para no estrellar los dedos contra el borde de la divisón de acrílico;no todas las veces resulta efectivo éste método.
Salir, después de cinco minutos que se van conviertiendo segundo a segundo en seis, en siete (al antojo del siniestro trío), volver a observar el espejo y ver de nuevo la imagen de hace 6 minutos y medio.

"play:Braveheart, soundtrack, cancion 4"

Tomar los interiores, sentarme en la cama, secar los pies, prender la luz, apagarla de nuevo. Los observo y su burla me acrecienta la bilis. "¿es posible que sean tan insolentes?. Guardo todo en la maleta, arrumo la ropa de siempre sobre la almohada y apago la la lámpara. La luz del sol se cuela por las aberturas de la persiana, intrusa y también insolente. Salgo del cuarto, con la mente llena de imágenes, con una apatía total, con sueño y con naúseas. Se me revuelve el estómago y no puedo evitar oler los aromas que provienen de la cocina. Me dan más naúseas.

"stop:Braveheart, soundtrack, cancion 6"

Cruzar hacia el comedor, con la mirada ansiosa de mi madre encima de mi, llevándome la comida a la boca de alguna forma, aguantando la respiración para no vomitar sobre el pulcro comedor mientras miro la ventana y el paisaje que se ve a través de ella: un hipermercado, un caño bordeado por fina hierba, ciclistas, una nube de contaminación que se hace más densa a medida que los buses rojos se vuelven más frecuentes. Y sigo mirando con la garganta sellada y co el estómago totalmente inflamado.

gracias ma y me dirijo al baño. Los ojos rojos siguen, las ojeras no desaparecen y en cambio se notan más por mi bella camisa blanca de algodon almidonado con su cuellito impecable y lista para ser amarrada a la altura del cuello por un corbata vinotinto. ¿Peinado, cepillado, limpio? listo. NO. Este mechón. Lo unto de mucha gel y lo obligo a quedarse atras con todos los demás.¿Listo?. Si.

Salir por la puerta con profunda pereza y con mi eterno arrependtimiento por no abrazar a mi madre que triste ve como me despido fríamente.

y de nuevo

que estupido. "¿a que horas traen el disco duro?". Se voltea con
sorpresa y me mira de una forma dura, con desprecio. "¿mm?". Lo miro.
Miro el computador gris que está debajo de la mesa. Lo vuelvo a mirar y
alcanzo a balbucear algo: "el hp" y en ese instante lo señalo con el
dedo indice. Mira el aparato inerme, me vuelve a mirar y parece que yo
fuera otro objeto, con menos valor que la torre. "ahh". Se va y quedo
petrificado, mientras lo único que me queda es la frase con la que
empecé este párrafo. Y después se preguntan el porque de mi silencio,
de mi hermetismo, de mi indiferencia. De todas formas no me siento
culpable, solo es un aburrimiento aterrador el que me envuelve.

Sunday, February 27, 2005

quitare este amarillo

entrar y ver ese asqueroso color amarillo pollito posandose sobre mis pequeñas letras, dandole una extraña apariencia de tranquilidad, quitándole todo esa mistica que traen las frases torpes que aparecen allí. No. Lo quitaré. y lo despedazaré yme vomitaré sobre el.

a.p.

nada 1.1

Bajó por la carrera octava, nervioso y con miedo dada la hora que casualmente habia elegido para transitar por alí.
-¿me regala una moneda monito?
-no tengo- por lo menos eso era igual y muchas otras cosas también:el restaurante de la esquina donde solía almorzar, la calle hipertransitada que cada mañana debía sortear, el cajero automático donde retiraba el salario que le consignaban cada mes por hacer cosas, que muchas veces ni sabía porque las hacia, el café oma al que nunca entré por cuestiones de dinero y cuestiones de ambiente, la señora gorda de los dulces, la edificación imponente y anhelada para ser cruelmente atacada donde había trabjado por algunos meses, la plaza gigante que servía de lugar de descanso en los momentos que estaba cansado y en los momentos en que queria ver toda la masa de humanos fragmentada por el dinero y por los sueños de tener dinero o más dinero. Si todo tan parecido, pero no igual. Lo sabía porque la idea torturante de que alguien estaba por ahí, era la causa del temor que ahora lo hacía casi correr para ocultarse dentro de la ameba eque justo en ese instante se expnadía torpemente.
-¿Tiene cigarrillos?
-Si
-¿qué vale uno?
-ciento cincuenta
-Deme dos
-¿Se lo prendo¿
-no, gracias.
Temblaba y en sus manos se notaba innegablemente, cosa que lo aterraba y le causaba aún mas temblor haciéndolo pensar en la probabilidad de que fuera descubierto por esa estupidez. "muchos tiemblan por el frío. Yo también tiemblo por el frío y ya". Pero cada vez se iba haciendo más fuerte, lo uq elo obligaba a agarrarse las manos y a cubrirse el cuello con el buso viejo que tenía puesto. La ameba empezó a desintegrarse en algunos lados para luego volver a compactarse por algún tipo de lógica y de nuevo cíclicamente se despedazaba dejando una herida visible. "la necesidad de buscar alimento y zonas de tranquilidad es la que hace que se mueva así. Si tan solo supiera donde está el lugar al que pertenecen las células de mi existencia...si supiera"

por casualidad

Creo que te vi
pero no es creencia
es realidad
lacerante,
dolorosa,
pero piadosa
invocadora de recuerdos
innovadora de sueños
maestra del subsuelo

Creo que te vi
y tu cabello no se extendia
recogido se amontanaba,
las ondulaciones de siempre se perdian
como en una corona de espinas
y tus ojos decorados
con algo de maquillaje
no se posaban en los mios
pequeños e infames

a.p.

Monday, February 21, 2005

nada1

Cuando pasamos por los lugares tan anheladamente consumidos en el momento o momentos sublimes que el tiempo y el cosmos decidieron darnos, para recordar con una sensacion de alegre impotencia cada paso, cada mirada, cada olor, cada imagen, todas aquellas cosas que se traspusieron a los sufrimientos o amarguras, para volverse si querer en sufrimientos más fuertes en virtud de ese algo que nos impide regresar sobre los pasos anteriores, pero no para pisotear torpemente las huellas dejadas, sino para crearlas de nuevo, o acaso mágicamente, para fundirse con ellas dejándolas igual pero a la vez diferentes. Sin embargo, y antes de que el nuevo sufrimiento se albergue en el corazón, disfrutamos brevemente (pero disfrutamos) de aquellas cosas que hicimos y deshicimos y respiramos profundamente y miramos con ansiedad desgarradora como si quisieramos ver algunos de aquellas cosas que existieron y que nos hicieron vivir, como pensando que de repente estamos otravez alli, haciendo lo mismo y sintiendo lo mismo, creyendo frustradamente que todo es igual y que nada, absolutamente nada, ha cambiado, para bien nuestro.