Wednesday, May 25, 2011

Un breve momento

Por un momento, solo uno breve, miro de otra manera a quienes he criticado tan fuertemente, alentado en algunos momentos por la envidia y en otros porque definitivamente existen méritos para que sean vapuleados. Hoy el turno fue para alguien que quiere ser escritor o que quizá ya lo sea y yo odie aceptarlo. Lo vi con ojos humanos, pero más que humanos, con ojos de un desconocido que no sabe que hace. Y vi a un hombre de ademanes inquietos, sencillos, en algunos puntos infantiles, como muchos de los míos. También vi su sonrisa achicharrada, como si hubiese sido frita en aceite negro, quizá hubiese sido el café de muchos años en una oficina o quizá el efecto del cigarrillo que alguna vez fumó, porque nunca lo he visto con uno. Sonrisa café y todo, pero sonrisa sincera, como de niño. Su pelo cortado a la perfección ya deja ver canas, y es entonces cuando veo como sus ojos cansados no quieren estar donde están ahora, sino intentan buscar, de manera desesperada, como anticipando un fin prematuro, un sueño aún irrealizable. Pero no muestra su despespero de manera tosca, siempre sonríe, tímido, eufórico a veces, camina algo cojo pero con gracia, contradice pero sin mirar con odio, ruega pero de manera silenciosa.

Me cuesta verlo así, y quizá mañana ya lo vea de nuevo de manera detestable, pero antes de que eso pase debo reconocer que si es escritor, y que admira y comparte y no es odioso, ni vengativo, ni rencoroso, algunas veces egocentrista, será lo único, pero acaso, ¿quién no lo intenta ser?

Al fondo Flamme Im Wind de Lacrimosa

Sunday, May 22, 2011

más burocracia o el miedo al desempleo

Ahora hay una nuevo mecanismo más de seguridad para entrar a la oficina.

Recuerdo que recién llegué aquí tenía un carnet rojo y blanco, algo feo y tosco, aún el banco no le daba mucha trascedencia a sus empleados con campañas para que se motivaran y valoraran la oportunidad de trabajar en un banco extranjero. El portero o la portera se daban una semana para conocer a la gente, luego de este tiempo presentar el carnet era un rareza, y si se olvidaba por algún evento no premeditado y por una excepción lo solicitaban no había problema, solamente se daba un guiño con el ojo y una frase como "pero mañana lo traes, seguro". Y así quedaba el asunto, se llegaba a un acuerdo cordial sin necesidad de ningún elemento burocrático.

Pero poco a poco, y a través de algo que en los bancos es característicos hasta la saciedad, empezaron a abrumarnos las políticas, por todo lado mensajes indicaban que "el carnet es de uso obligatorio por empleados del banco, outsourcings y temporales". La entrada empezaba a ser acreditada con un pedazo de plástico, algunos sin fotos, que el vigilante medio miraba, o sea, un simple requisito que no redundaba en mayor seguridad. Las posibilidades de olvido eran altas, pero todavía se podía negociar comprometiéndose a traer el carnet al día siguiente. La palabra aún tenía algo de valor.

Pero esto ya es historia antigua, ahora las cosas, la entrada, todo es insoportable. Ahora no es solo el carnet, si uno lleva una mochila esta tiene que ser revisada de manera exigua, por mero requisito, por total burocracia e imagino que por alguna política creada por un imbécil que está dedicado todo el tiempo a eso. ¿mayor seguridad? ¿mayor orden? No lo creo, el que quiera ingresar un arma o una bomba o lo que sea no va a ser tan estúpido de hacerlo en una simple maleta a la vista del portero. Eso es una lógica que cualquier persona con tres dedos de entendimiento puede deducir. Pero no olvidemos que los trámites, burocracia y papeleo no son hechos por las mentes más hábiles en una organización. Esto nos indica quienes son los que mandan en este mundo, quienes son los que dirigen las organizaciones sobre las cuales se apalanca el crecimiento de un país (preguntémonos en este punto quienes son los que han creado las grandes empresas mundiales, un google, un apple, un yahoo, cargos políticos con recomendación a bordo o mentes creativas y libres de reglas que merman la capacidad creadora?)

Y volviendo al carnet, ¿que sucede ahora si lo olvido? Ya la palabra no vale, ni el conocimiento de la persona, la confianza ha decaido y el discurso acerca de la seguridad y la geuerra contra el terrorismo producen un pánico y una paranoia total. Si lo olvido no puedo entrar, salvo que un correo (estamos en el mundo de los correos electrónicos) de mi jefe lo autorice. Si el no se encuentra por alguna reunión burocratica (esta palabra ya me empieza a cansar) entonces no puedo ingresar, no vale nada, ni siquiera una llamada de él. Es preferible perder la productividad de un empleado sentado en el sofá de la entrada por un tenue olvido que negociar un ingreso temporal basado en lo que antes tenía valor: la palabra.

Una biografía diferente

en lo que llevo de vida he tenido la oportunidad ( y en otras ocasiones la obligatoriedad ) de presentarme, de escribir pequeñas o grandes presentaciones de lo que soy o pretendo ser o hago o quisiera hacer. Muchas cosas coinciden entre todos esos escritos, como el lugar de nacimiento, los padres, el colegio, los hobbies, los logros, etc. Otros a veces varían, pero siguen la misma linea cronológica, similar a lo que dice esa canción "el camino de la vida", nazco un día, crezco, voy al colegio, me gradúo, entro a la universidad, trabajo en x tema en y empresa, pero todo sin cambiar el ritmo, ni sorprender tanto. Por eso esta vez voy a enfocar mi presentación en lo que realmente importa, en algunas obras literarias que aún recuerdo y que definitivamente fueron causa de la idea de seguir la literatura, con amor y a veces con odio.

El túnel y la consecuencia de ella, Sobre Heroes y Tumbas: tendría unos 18 años cuando leí el primero, no era un libro mío y nunca me había interesado, pero un día a mi hermana se lo pidieron en el colegio y lo tenía encima de una mesa abandonado (Creo que ya lo había terminado). Lo ojeé un poco y lo primero que me impresionó fue la carátula, era un rostro color blanquesino que reposaba encima de unas escaleras escarlatas y que parecía sacado de esa pintura tan famosa "el grito". Seguramente era un cuadro, tenía unas pinceladas gruesas y no era muy realista, era algo más onírico, pero en ese entonces solo sabía que eso era lo que me había llamado la atención y el título del libro que alguna vez lo había escuchado, pero que como dije antes, no me había llamado mucho la atención. Lo leí, y después de eso ya todo fue diferente. ¿qué había hecho ese libro? Quizá reforzar unas ideas que tenía y empezar a despertar un interés inusitado en historias que no creía realizables.

Luego vino Héroes y Tumbas: esta fue mi gran marca, el sello que abrío la puerta hacia lo que empecé a ver como aspecto de vida, como ruta hacia un destino desconocido pero el que sería el único transitable. El rumbo de mi vida, a mi pesar, no se ha ido concretamente por esos lados en términos prácticos, pero el germen que brotó de ese libro no se apagó y muy al contrario, creció poco a poco y aunque aún no representa el factor decisivo para dar un giro de tuerca, solo será cuestión de tiempo para que éste se imponga.

Bola de Sebo y la vida de Maupassant: me lo encontré por casualidad nombrado en un libro que voy a indicarles más adelante. Recuerdo que lo compré en una librería del centro de bogotá, era una edición antigua que contenía dos obras: bola de sebo y bel mi, además de una gran introducción que me permitió conocer en algo la vida tan paradójica del autor. Empecé a leerlo con voracidad, a buscar y comprar libros de él que aquí en Colombia no se conseguían. Cada cuento me llegaba a lugares donde solo entraban las palabras ingeniosas de los auotres que tienen una gran genialidad, lo más interesante era ver como cada uno de sus pasos literarios iban marcados por los acontecimientos de su vida. Ahora que lo pienso fue extraño llegar a Maupassant de ese modo, sabiendo que años antes leía y buscaba libros sobre los poetas malditos y que él, dado su intento de suicidio y su posterior locura y su obra cargada de ese estilo, integraba esa lista.


La tentación del fracaso de Julio Ramón Ribeyro: uno de los prólogos de esta obra dice que existen diarios que dada su forma de ser escritos y su propio contenido y estilo son la obra literaria cumbre de un autor. Esto lo decía el prologuista (Santiago Gamboa) al referirse a los diarios del autor peruano Julio Ramón Ribeyro que habían sido reunidos en este libro de casi 600 páginas. A Julio Ramón lo conocí por medio de un artículo de la revista Malpensante que escribió el autor colombiano Juan Gabriel Vasquez y en el que desarrollba de una manera muy descriptiva pero a la vez ligera, la obra y vida de este autor que le huyó a los medios y que tal vez por esa razón, no es tan famoso como su paisano Vargas Llosa. La tentación del fracaso es otro libro paradójico, es extraño por los constantes movimientos entre optimismo y negativismo del autor, de pasar de un día tan oscuro como la noche en la selva a la claridad de la sal cuando es extraída del mar. Esto abate por momentos, pero en otros anima y hace ver la vida de mil maneras. Julio Ramón, su vida y su obra (frase de cajón) empezaron a ocupar un lugar importante en mi vida. Además fue a través de él que conocí a Maupassant y a otro grande, a Mishima.

Crimen y Castigo y noches blancas de Dostoievski: Raskolnikov llegó a mi 20 años, en un pesado libro que no pensé fuera a leer tan fácilmente. Era una época muy existencialista en mi vida, había intentado conocer a Roquentin de Sartre, pero la densidad de La Nausea me hizo desistir, llegando solo a la mitad del libro. Ya había iniciado con Dostoievski y sus Noches Blancas, libro genial, tanto por su final tan cargado de melancolía y belleza, como por su modo tan especial de profundizar en los sentimientos de un joven idealista y enamorado. Pero luego saqué de la biblioteca de mi papá Crimen y Castigo. Fue un solo respiro, una sola lectura, entrometerme en la vida y pensamiento de Dostoievski a través de una historia pesada, triste a ratos y sicológicamente cargada.


Los Hijos de Húrin: la literatura fantástica no suele incluirse en las discusiones serias de la literatura. ´¿por qué? debe ser porque los críticos y estudiosos las relegan a un rol más pedagógico y lúdico para niños, algo que me parece apresurado e injusto. Los hijos de Hurin es un libro que nació del esfuerzo del hijo de J.R.R Tolkien quien reunió fragmentos de diferentes versiones de esa historia qque su padre había escrito en momento sdiferentes de su vida y que no tuvieron continuidad y en algunos momentos, lógica. La primera versión que leí de esta historia fue en el Silmarillion, pero no me atrajo mucho, quizá opacada por otra historia que se encontraba en ese libro llamada Beren y Luthien. Pero luego editaron un solo libro de Los Hijos de Húrin, que era igual pero a la vez diferente del que se encontraba en el Silmarillion. Vi de otra manera a su protagonista, su historia, sus constantes caídas y posteriores levantadas. Leí este libro con más atención que otros, tratando también de verlo con ojos más "expertos" para un análisis posterior.


Obviamente que existen muchos otros autores y libros, quizá en algunos momentos más entretenidos e importantes que obras de los autores anteriores. Sin embargo, aunque han calado de alguna manera y en alguna proporción, los anteriores, más una sensibilidad creciente, han formado el cauce de mi pensamiento y espíritu.