Una torre del vigía
palomar que ser erigía
sobre la muralla del mar
con rayos de un sol peculiar
avistaba a un guitarrista abstraido
con una caja negra en su esplada
soldados que no han nacido
las cuerdas y las lanzas se cruzarán
Son parajes singulares
por donde los caballos van
son losas de cemento
que de un extremo a otro
cruzán sobre lagos y túneles
que siempre subsistirán
cómo notarlo sin perderlo?
cómo callar si no se puede hablar?
cómo, paloma del cielo, tus vastagos conocerán
sin convertirse en piedras del más allá
y en suspiros que jamás cesarán?
cinco minutos después...
sol de media tarde
¿por qué lo sigues haciendo?
nos ves que tus rayos
hieren mis huesos
más sin embargo creeré
que por ella es que lo haces
y por ella es que cada mañana nacés
razón de más para aceptar
mi derretimiento, ante ti bella veldad
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