Bellas y ciertas reflexiones realizadas por un personsaje de un cuento de Chejov.
"...En su cabeza reinaba una confusión horrible, y le ocurrió una idea: ¿Qué falta hacían en el mundo los doctores, los practicantes, los mercaderes, los escribientes, los mujiks, gentes que no eran libres? Porque las aves son libres,las fieras son libres, los mismo que Mérik; no temen a nadie y a nadie necesitan. ¿Y quién había dicho que había que levantarse por la mañana, comer a medio día y acostarse al hacerse de noche, que el doctor era superior al practicante, que había que vivir en una casa y solo se podía amar a la mujer propia? ¿Por qué no, al contrario, comer de noche y dormir de día? Saltar sobre un caballo sin preguntar quién es el dueño, galopar como un diablo por los campos, bosques y barrancos, en persecución del viento, amar a la mozas, reirse del mundo...
El practicante tiró el atizador, acercó la frente al tronco blanco y frío de una abedul y se quedó pensativo. Su vida gris y monótona, el sueldo, la sumisión, la farmacia, los eternos tarros y cantáridas, le parecieron algo despreciable que le producía náuseas
-¿Quién dice que divertirse es pecado? - se preguntó con despecho-. Los que lo dicen no vivieron nunca libres como Mérik o Kaláshnikov, y no amaron a Liubka. Toda su vida trataron de abrirse camino, no conocieron el menor placer y amaron sólo a sus mujeres, parecidas a ranas."...
Fragmento del cuento Ladrones de Anton Chejov
In Silence
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