Hoy te escribo desde una montaña remota. No se en realidad donde nos encontramos. Como te dije anteriormente somos un grupo reducido. Tal vez veinte hombres; no me he puesto a la tarea de contarlos. Ya es de noche y lo que en la mañana, fue una visión clara por la nieve y fresca por el aire combinada con los rayos del sol, ahora se convierte en una marea oscura y temible que acongoja hasta la postura arrogante del capitán. Se escuchan solo algunas notas de esa canción tan melancólica que toca p. en una flauta desgastada y pobre. Ya el capitán lo manda a callar arguyendo que podría rebelar nuestra posición. Lo que me pregunto esquien nos descubrirá si en un mes de busqueda e intensos patrullajes solo nos hemos topado con algunas míseras plantas y vestigios de personas errantes que quizá hallan pasado por aquí. A veces creo que todo esto es una locura y que los que estamos acá ni siquiera tenemos una razón clara para helarnos en esta inmensidad. A cada rato recuerdo el calor de nuestro cuarto. ¿Recuerdas cuando dormíamos por horas cercándonos con nuestros brazos y nuestro cabello mientras la melodía de los árboes que crujían alborotaban cada sentido y cada latido de lo profundo de esas raíces que nos formaban?
Tuve un sueño esta mañana, justo cuando marchábamos carca del Lago Verde en inmediaciones del Bosque de Neblina.Tal vez mañana te lo cuente : en este momento ya las fuerzas me abandonan y el sueño intranquilo de cada noche es mi único refugio para adormecer el sufrimiento que produce tu lejanía.
Cerca de una fogata.
1 comment:
¿En que montaña has estado mi estimado luchador? Hasta allí, por lo que veo, llega el sueño y la noche. ¿Y entonces cuando se cuente lo que se quiere contar existirá el viento para que llegue a los oidos que queremos?
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