Escribir. ¿Escribir? Pero, ¿qué? Me pregunto eso todas las veces que trato torpemente de plasmar algo en el papel. Pienso en mi historia , en mi niñez, tan alegre, época en la que no meditaba acerca de todo y de nada (como ahora), en la que jugaba apasionadamente sin necesidad de caer en cuenta de esa pasión, en la que gozaba con un televisor a blanco y negro ajeno (afortunadamente) a toda la basura tecnológica que hoy nos inunda, en la que creía ciegamente en el amor elevado por un gusto impulsivo, derrochado felizmente en una pequeña credencial, tan bonita ella, llena de mensajes cursis pero que a la vez eran tenazmente reveladores. Paro de escribir y releo esas pequeñas letras tratando de descubrir algún indicio de sentido de la vida y viédolo me ato a ellas, a sus recuerdos vivos por si solos y aunque me lo pidan (y hasta me lo recriminen) no los dejaré (mis recuerdos), ni los enterraré, ni los ignoraré, porque ellos, más que yo, poseen una semilla de vida que me salva de la cotidianidad tan horrenda. También pienso en escribir acerca de las cosas que giran a mi alrededor, pero un aire de desanimo y pereza sopla sobre mi corazón, haciendo olvidar cualquier intento vano que pudiera rescatar mis días de trabjo y ocio.
Solo puedo escribir acerca de mis obsesiones atadas con un lazo onírico y voluptuoso.
A ti, Mariaca, que para tu infortunio ya haces parte de este mundo maniático.
A.P.
1 comment:
para mi que por fortunaaaaaa ahora hago parte de tu mundo maniatico, utopico, y melancolico
gracias sol... por haberme enseñado tantas y tantas cosas bonitas...por tu apoyo incondicional y por tus pataletas que indirectamente me ayudaron a controlar mis ansiedades
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