Thursday, March 31, 2005
veinte poemas
Miguel penso por un largo momento en el día en que conoció a Alejandra. Veinte poemas se posaron en su cabeza y sin embargo no tenía ni la más mínima idea de como ordenarlos. Se sintió nervioso, torpe, feo, algo rígido y por sobre todo él en uno de sus estados más demenciales. Un oleo pintó al día siguiente y se lo entregó. Ella lo vio y huyó despavorida, tratando de indagar las pinturas, las picneladas, la sangre que manchaba los bordes de la hoja. Luego, al rato, volvió y lo observó ensimismado en sus pensamientos, con mirada absorta lo llamó y el entendió. Partieron, partidos, en un mundo roto, desde callejuelas marcadas por las hojas de los árboles que caían por ese extraño otoño que los había pillado desnudos. Si, hacía frio pero ninguno lo sentía, abrigo eran más bien sus manos y lagunillas eran sus soledadades inherentes que subían por sus vientres encontrándose de frente con dos rostros apacibles, callados, cuartiados, sonrientes, con una extraña mueca que provenía de algún estado de ebriedad que enjuagaba su existencia. Cogidos de la mano caminaban, cuando ella la soltó para regalarle una pequeña flor marchita que había mantenido guardada toda su vida entre su espalda y su pecho. Ahí murió, arrollada por una moto espectral. Ahí se arrodilló y lo volvió a agarrar para depositar en su mano el sagrado recuerdo, para mirarlo largamente, para expirar eternamente. Y dijo adios. Te volveré a ver. ¿cierto? Y Miguel no supo que responder.
Sunday, March 27, 2005
diario2
En mi capa todavía quedan restos de sangre coagulada de compañeros y enemigos que ante mis ojos cayeron dando gritos de dolor y de euforia. Creo que perdimos unos diez hombres y ahora nosotros, el resto, huímos silenciosamente hacia las partes altas de la montaña. Hace frío y la lluvia nos acompaña en un acto de dolor melancólico. Aunque el capitán nos pidió que hiciéramos el mayor de los silencio, es inevitable que Sabastián emita gemidos y que Miguel llore. Están heridos y el recuerdo los maltrata sin piedad. Pobres. Fueron unos cincuenta los que nos emboscaron, cerca del bosque Ramas. Ahora solo puedo vislumbrar sus mascaras oscuras y sus arcos plateados que dispararon las mortíferas flechas que en cuestión de segundos masacraron toda nuestra vanguardia.
Tuesday, March 22, 2005
un fragmento de una llamada
(...)Bien y tu ¿cómo estás? Si bien, y seguía con la lista de frases célebres. ¿qué haces? Nada, o algo, o más bien nada pero ahora hablo contigo porque llamaste. Si, llamé porque te amo, porque me hace tanta falta tu voz, tu silencio, tu tos, tus dilemas, tus como estas?, tu silencio, tu garganta, tus estoy bien o estoy mal, tu ingenuidad, tu ternura, tus me dejas sin palabras, tu silencio, tu gratitud, tus problemas, tu depresión, tu efusividad, tu silencio, tu tiempo y tu miraada lejana, tu movimiento de los dedos de los pies, tu sonrisa, tus leves carcajadas, tu atolondramiento, tu silencio, tus finales de te quiero te quiero te quiero, tu negativa a querer o deber colgar, tus peleas con tu familia, tu silencio, tus lágrimas, tus deseos de querer escribirme, tus te escribí anoche, tus chao pero no quiero hacerlo... No dije todo eso. Solo quedé atónito, aletargado y pensando en no hacer eso (necro-pasividad) sino más bien en decirle frases bonitas (...)
Friday, March 18, 2005
¿Acaso una justificación?
"para el (Andrés Caicedo) madurez es sinonimo de vejez; mientras la
sociedad burguesa proclama los valores supremos de su organización,
"TRABAJO, DISCIPLINA Y DINERO", el romántico, que siente la
insignificancia de su existencia frente a la poderosa maquinaria
invensible, reivindica para sí otros valores corrosivos: los sueños, la
indisciplina, la noçche, la holganza. "
Cristóbal Peláez, a propósito del escritor colombiano Andrés Caicedo
sociedad burguesa proclama los valores supremos de su organización,
"TRABAJO, DISCIPLINA Y DINERO", el romántico, que siente la
insignificancia de su existencia frente a la poderosa maquinaria
invensible, reivindica para sí otros valores corrosivos: los sueños, la
indisciplina, la noçche, la holganza. "
Cristóbal Peláez, a propósito del escritor colombiano Andrés Caicedo
Wednesday, March 16, 2005
Sincopa
la partitura de la realidad
compas binario y arbitrario
compas simple y armadura no alterada
en tonalidad jonica, sin mas prejucios, sin saltos
sin transcripciones, sin transgresiones
plana, ritmica, ordenada y por eso tediosa
sin sol, que es luz
sin sol, segunda linea
clave de las claves
sin messopianos, sin fortes o fortissimos
linealidad absoluta, rellena de polvo, rellena de normalidad
desgraciada normalidad, reglamentada y esteorotipada
ajena a mis pobres acordes, a mi musica, a mi esfera, a mi cuarto
como sincopa que se abre de la simplicidad, yo,
voy en medio de la nada y del todo, quiza mas simple y mas burdo,
sinfonias barbaras al lado de los palacios y las estructuras que se ensombrecen los vagones del viejo tren,
que me ensombrecen, que me halan, que me escupen y me pisan
aun cuando voy en contratiempo, arritmico, raro.
A.P.
compas binario y arbitrario
compas simple y armadura no alterada
en tonalidad jonica, sin mas prejucios, sin saltos
sin transcripciones, sin transgresiones
plana, ritmica, ordenada y por eso tediosa
sin sol, que es luz
sin sol, segunda linea
clave de las claves
sin messopianos, sin fortes o fortissimos
linealidad absoluta, rellena de polvo, rellena de normalidad
desgraciada normalidad, reglamentada y esteorotipada
ajena a mis pobres acordes, a mi musica, a mi esfera, a mi cuarto
como sincopa que se abre de la simplicidad, yo,
voy en medio de la nada y del todo, quiza mas simple y mas burdo,
sinfonias barbaras al lado de los palacios y las estructuras que se ensombrecen los vagones del viejo tren,
que me ensombrecen, que me halan, que me escupen y me pisan
aun cuando voy en contratiempo, arritmico, raro.
A.P.
Saturday, March 12, 2005
A ella, la desconocida del bus.
Mi calor artificial. ¿cómo llegaste hasta aquí? Sentado en una banca obervo tu esperado advenimiento antes que logre entender como fue. Del frio a tu ternura momentanea y grandemente significativa. Y tu catarro también cubre mis alveolos. Luz artificial y poca que da gotas puras y desinteresadas a mi piel reseca. ¿podrías decirme que no te vas a marchar?¿podrías quedarte aquí por horas sin que sepas que tu piel lubrica la mia? Es mejor que no te des cuenta que miro gravemente tus ojos y tu cabello. ¿cómo lo tomarías?¿ahh?no quisiera ver tu reacción tan rencorosa e ingenua si aquello pasara. Mejor sigue acariciándome mientras tu aliento perdure el poco tiempo que dura nuestro viaje. Como desearía abrir mis brazos y refugierte entre ellos para sentirte aún más cerca. ¿pero acaso te gustaría?no creo. No voy a abusar de la confianza que has depositado en mi. No voy a agredir tu agradable presencia para que huyas sin remedio y con asco. Te observare asi: disimuladamente, vorazmente, sin discreción pero a vez con descaro. Te obervare hasta que te bajes y no te vuelva a ver. Y tu no me vuelvas a ver.
Wednesday, March 09, 2005
Horizontes
Cuantas cosas he pensado sin pensar
cuantos kilometros he caminado sin caminar
cuantas cosas han sucedido sin trascender
cuantas imagenes han pasado sin quedar
Te vi muchas veces
rodeada por caminos polvorientos
por selvas tranquilas
por rios anchos e inquebrantables
la brisa azotando
tus ojos fugaces, intensos, llamando
sobre desiertos y sobre praderas
sobre el barro y las flores
con hambre y con libertad
con eterna contrariedad
mas sin embargo caminamos
escalamos y sufrimos,como nunca
como siempre por que siempre
las espinas se nos clavaran
porque tendremos que reptar
sobre la nieve para poder llegar,
para poder rearrancar
por un camino tácito
por el mismo o por otro
por un camino al revés
la entrada al final, la salida por detras
el ciclo sin fin y en fin ese será el fin
a.p.
cuantos kilometros he caminado sin caminar
cuantas cosas han sucedido sin trascender
cuantas imagenes han pasado sin quedar
Te vi muchas veces
rodeada por caminos polvorientos
por selvas tranquilas
por rios anchos e inquebrantables
la brisa azotando
tus ojos fugaces, intensos, llamando
sobre desiertos y sobre praderas
sobre el barro y las flores
con hambre y con libertad
con eterna contrariedad
mas sin embargo caminamos
escalamos y sufrimos,como nunca
como siempre por que siempre
las espinas se nos clavaran
porque tendremos que reptar
sobre la nieve para poder llegar,
para poder rearrancar
por un camino tácito
por el mismo o por otro
por un camino al revés
la entrada al final, la salida por detras
el ciclo sin fin y en fin ese será el fin
a.p.
Monday, March 07, 2005
Un poco de Melville, sin conocerlo
No hableis de la amargura de la edad madura, un adolescente puede sentir esto y mucho más cuando cae en su alma joven la bruma nocturna, y esta mancha jamás llegará a desaparecer, marca harto profundamente
Herman Melville
Herman Melville
Sunday, March 06, 2005
Diario (1)
Hoy te escribo desde una montaña remota. No se en realidad donde nos encontramos. Como te dije anteriormente somos un grupo reducido. Tal vez veinte hombres; no me he puesto a la tarea de contarlos. Ya es de noche y lo que en la mañana, fue una visión clara por la nieve y fresca por el aire combinada con los rayos del sol, ahora se convierte en una marea oscura y temible que acongoja hasta la postura arrogante del capitán. Se escuchan solo algunas notas de esa canción tan melancólica que toca p. en una flauta desgastada y pobre. Ya el capitán lo manda a callar arguyendo que podría rebelar nuestra posición. Lo que me pregunto esquien nos descubrirá si en un mes de busqueda e intensos patrullajes solo nos hemos topado con algunas míseras plantas y vestigios de personas errantes que quizá hallan pasado por aquí. A veces creo que todo esto es una locura y que los que estamos acá ni siquiera tenemos una razón clara para helarnos en esta inmensidad. A cada rato recuerdo el calor de nuestro cuarto. ¿Recuerdas cuando dormíamos por horas cercándonos con nuestros brazos y nuestro cabello mientras la melodía de los árboes que crujían alborotaban cada sentido y cada latido de lo profundo de esas raíces que nos formaban?
Tuve un sueño esta mañana, justo cuando marchábamos carca del Lago Verde en inmediaciones del Bosque de Neblina.Tal vez mañana te lo cuente : en este momento ya las fuerzas me abandonan y el sueño intranquilo de cada noche es mi único refugio para adormecer el sufrimiento que produce tu lejanía.
Cerca de una fogata.
Tuve un sueño esta mañana, justo cuando marchábamos carca del Lago Verde en inmediaciones del Bosque de Neblina.Tal vez mañana te lo cuente : en este momento ya las fuerzas me abandonan y el sueño intranquilo de cada noche es mi único refugio para adormecer el sufrimiento que produce tu lejanía.
Cerca de una fogata.
Thursday, March 03, 2005
una araña
me causo gran curiosidad como estaba allí. Y como se lanzó hacia el piso y en el momento en que iba a destriparse contra el suelo soltaba su cuerdita, invisble para mis pequeños ojos, para mis ojos tan prehistóricos. Y empezó a escalar, lentamente, pausados segundos de un minimalismo creciente, hasta llegar al techo, donde se quedó urgando y esperando alguna señal para vovler a precipitarse...ya lo volvió a hacer.
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