Siempre estaba de guardia al lado del tronco de castaño que vigilaba solemnemente la entrada de nuestro refugio. Con una manta larga y negra, un yelmo de color ocre que cubría casi por completo mi cabeza, un arco y un carcaj repleto de flechas iniciaba mi turno de medio noche. El viento a esa hora se mostraba fuerte y denso, golpeaba las ramas de los árboles de manera espantosa y a veces cruel, y solo quedaba como única alternativa soportar su arremetida con un buen ropaje. Ese día que recuerdo fue oscuro, el sol casi ni se asomó, pero nada particular había sucedido, todo estaba suspendido a la espera de la tormenta que se aprestaba, que amenazaba con su llegada violenta y que todos, hasta el capitán Drain y su intuición maravillosa, ignoraba y no presagiaba.
Siento decirlo, pero ahora que vuelvo los ojos sobre esa imagen de mi cuerpo parado ahí en ese lugar, esperando la nada y a veces el todo, sin ver ni sospechar nada, me pesa en el corazón más que las heridas causadas esa noche sangrienta.
2 comments:
Gracias por pasarte...y si....Martina, tiene mucho de Alejandra Vidal...y si yo también pense mucho el día que Martín conoció la casa de ella...Gracias por pasarte!!
pd: perdón pero Alejandra y Martín no se despegan de mi mente..!!...
Y...por fin Sofía y Martín se encontraron.....
Post a Comment