Es la noche cuando todos duermen plácidamente, las lámparas alumbran débilmente las calles frente a mi casa tornando el aire de color ámbar, el silencio deambula por doquier internándose por las rendijas de las puertas y de las ventanas, los sueños se vuelven la realidad y los acontecimientos diurnos algo más que una pesadilla para algunos mortales, para mi.
Inicia lentamente, sin que yo lo disponga, me despierta suavemente pero al cabo de un pequeño lapso de tiempo los violentos movimientos se apoderan de cada parte de mi cuerpo, como una imagen desproporcionada, que a veces es un insecto gigante y otras veces vísceras pútridas que con su olor interrumpen el viento plácido de mi sueño. Grito pero no nadie me escucha, he pasado a un limbo tétrico que me permite ver a los despiertos por medio de un vidrio totalmente cristalino y al mundo onírico cubierto por una tenue capa grisácea. Vuelvo a gritar, llamo a mi madre, a mis hermanos, no me contestan, golpeo puertas, abro chapas, cierro bruscamente las persianas, prendo las lámparas, abro las llaves del agua derramando la poco agua que aún nos queda. Es como si todo lo que estuviera haciendo no fuera ahí, sino en otro mundo, las mismas lámparas de mi casa pero con el eco silencioso. Imposible. Es en vano todo lo que estoy haciendo, así que me relajo y empiezo caminar por la que en teoría es mi casa, viendo a la derecha a mi madre dormida en su colchón de plumas y a la izquierda las imágenes combinadas de realidades de años anteriores enmarcadas en sueños y mundo extraños. Creo que me he desdoblado, vuelvo mi vista a mi cama pero la veo vacía, no es mi espíritu el que está allí parado, es todo mi ser. Y me asusta esta incomunicación, parece que ha llegado el momento que mi padre me predijo momentos antes de su muerte.
escuchando pez demonio de Lucybell
1 comment:
Post a Comment