Conmigo

Que a veces debería escribir más
que otras debería leer ordenádamente
que el aguante es cuestión de actitud y no de obligación
que debería dejar de lloriquear tanto
que definitivamente el amor si llegará
que para que tanto libro si no tiene tiempo de leer
que no sea tan amargado
que seas más espontaneo
que se ría más
que deje de pensar tanta pendejada
que le entregue el papel a esa niña del bus
que aunque definitivamente es feo puede conquistar
que hable más duro
que sea más práctico
que duerma menos y haga más el amor
que si dura poquito pues que se le va a hacer
pero que deje de pensar en eso
que si lo va a hacer hágalo ya
que empiece haciendo las vueltas de la UN
que no crea que allí lo quieren
que igual lo olvidarán
que su jefe no es su mamá
y su compañera del lado nunca se va fijar en usted
que si, que si tiene sus años
que tampoco es para tanto
pero que su niñez ya pasó
que si no se la aguanta pues que se mate
que espera verlo nadando muy bien
que espera su titulo de ING.
que no es tan complicado
que escuche a S. de vez en cuando
que disfrute los besos de G.
y que se deje de preocupar por que lo quiera o no
que vuelva a la guitarra
que lo puede hacer bien si quiere
pero que definitivamente no puede dormir tanto
que si pone el reloj que se levante cuando suena
que asi era Mishima
que es un miedoso asi que nunca hará seppuko
que lo quiere
más que nadie
siempre,
y que siempre es siempre
no de a raticos como todo el resto
y que vaya ya a dormir porque mañana puso la alarma a las 4

vitrinas paralelas

Es la noche cuando todos duermen plácidamente, las lámparas alumbran débilmente las calles frente a mi casa tornando el aire de color ámbar, el silencio deambula por doquier internándose por las rendijas de las puertas y de las ventanas, los sueños se vuelven la realidad y los acontecimientos diurnos algo más que una pesadilla para algunos mortales, para mi.

Inicia lentamente, sin que yo lo disponga, me despierta suavemente pero al cabo de un pequeño lapso de tiempo los violentos movimientos se apoderan de cada parte de mi cuerpo, como una imagen desproporcionada, que a veces es un insecto gigante y otras veces vísceras pútridas que con su olor interrumpen el viento plácido de mi sueño. Grito pero no nadie me escucha, he pasado a un limbo tétrico que me permite ver a los despiertos por medio de un vidrio totalmente cristalino y al mundo onírico cubierto por una tenue capa grisácea. Vuelvo a gritar, llamo a mi madre, a mis hermanos, no me contestan, golpeo puertas, abro chapas, cierro bruscamente las persianas, prendo las lámparas, abro las llaves del agua derramando la poco agua que aún nos queda. Es como si todo lo que estuviera haciendo no fuera ahí, sino en otro mundo, las mismas lámparas de mi casa pero con el eco silencioso. Imposible. Es en vano todo lo que estoy haciendo, así que me relajo y empiezo caminar por la que en teoría es mi casa, viendo a la derecha a mi madre dormida en su colchón de plumas y a la izquierda las imágenes combinadas de realidades de años anteriores enmarcadas en sueños y mundo extraños. Creo que me he desdoblado, vuelvo mi vista a mi cama pero la veo vacía, no es mi espíritu el que está allí parado, es todo mi ser. Y me asusta esta incomunicación, parece que ha llegado el momento que mi padre me predijo momentos antes de su muerte.


escuchando pez demonio de Lucybell