Thursday, June 19, 2025

Lo que no supe darte

 A veces vuelvo a los lugares

Donde reímos sin pensar 

Y me acompaña tu recuerdo 


Como sabe quien sabe la verdad 


Te merecías mil ventanas


Y yo te hablé desde un rincón 


No te cuide como debía 


Y ahora me abrazo al perdón 




A veces sueño que regresas

y te recuestas junto a mí

susurras que aún queda tiempo

para sanar y resistir

pero despierto entre vacíos

con tu silencio en el colchón

y aunque te pienso en cada paso

no te presiono el corazón



Lo que no supe darte

hoy me quema en la piel,

fue más que un error,

fue no saberte ver.


Y aunque el tiempo no vuelva,

yo aprendí a esperar,

a sanar las promesas,

a no volver atrás.


Te vi dudar frente a mi sombra,

y no entendí tu soledad,

querías alguien que te abrace,

no alguien que se va al hablar.


Ahora el silencio me responde,

donde tu voz solía estar,

y en cada gesto que no tuve,

te empiezo a recordar.


Lo que no supe darte

hoy me grita en la piel,

no fue falta de amor,

fue miedo de perder.

Y aunque el daño fue grande,

hoy sé reparar,

lo que no supe darte

lo empiezo a sembrar.


No quiero que esto suene a derrota,

ni a que me rindo sin luchar,

sólo a un hombre que aprendió tarde,

pero aprendió a amar.


A veces vuelvo a los lugares…

y ya no corro al recordar,

porque tu amor me fue raíz

y en esa raíz, empiezo a estar.


Friday, June 06, 2025

Soledad II

 Mateo veía todo con una luz cambiada, oscura, sin colores brillantes, lúgubre, como si le hubieran puesto unos lentes oscuros que no se podía quitar. Su mente no solo no distinguía la luminosidad de siempre sino que se iba todo el tiempo a recuerdos, a instantes, a lugares en los que esa luz era radiante, fuerte y bella. Sitios tan simples pero ahora con tanto significado como un supermercado, una calle sencilla, un pequeño parque, una ruta de un bus, una ciclo ruta, una hora del día, el vestíbulo de un cine, el trancón en una avenida, un pequeño café,  la librería con su aroma  particular  o la biblioteca monumental. Miles de momentos se le agolpaban en la cabeza rompiendo su alma en un llanto desconsolado que nunca había sentido en tantos años de vida.