La luz del sol que a veces cambia, clara y suave en la mañana, oscura y dura cuando la noche llega
no muchas horas pasan entre una y la otra, no muchas cosas suceden entre la frescura y la madurez
El tiempo pasa y los segundos arrastrados por las horas no dice mucho sobre lo que pasa
El tiempo pasa y solo en los relojes se ve como pasa, y en las arrugas de aquella señora que mira por la ventana, y en las copas de los árboles que a veces están y otras veces se van, y en las flores que adornan la maceta de mi edificio.
Los calendarios ahí están, pasan y pasan, mes tras mes, año tras año, son papeles, son casillas con números, son días sombreados de un color especial seguidos de otros que parecen no tener nada anormal. Así el tiempo pasa y un día solo será el reloj sobre la mesa de noche deteniéndose cuando la cuerda no de más.