En su caballo siempre iba, a la cabeza de la vanguardia, muy solo, muy concentrado, vigilando siempre los movimientos extraños de un enemigo que poco o nada sabía de la existencia de sus pares. Y aunque ellos no supieran nada, para él eso no representaba garantía de que no pudieran rastrearlo, así que siempre, con su agilidad y su casi invisibilidad mantenía su olfato atento y su aguda vista sobre las columnas de caballería que engrosaban el ejercito que siempre, siempre caminaba hacia el norte.
Esuchando Nude de Radiohead