Wednesday, September 24, 2008

Si naci en la cara oscura de la luna

Fue al día siguiene de que me envió un mensaje que solo decía "sos un pendejo". Llegó indiferente al café de siempre, se sentó en la mesa mientras llamaba al mesero de turno "Misael, traéme un vodka y un cool". Me clavó su mirada negra, desbordante de violencia y de un tajo me dijo: "¡estás loco!, a mi casa nadie me llama y menos tu. A ver chiquillo, tienes que entender una cosa, Santiago es mi amor, mi ilusión y realidad, vos sos...sos, no se, algo que me atraviesa por momentos el corazón, la pasión...", luego bajó un poco la voz y me susurro, "vos me pones muy caliente, ya entendés, Santiago está tan ocupado que no puede darme esa pasión que a ti te sobra." Recordé instantaneamente a Martín y a Alejandra, pobre él, yo creía saber que sentía cuando Aleja lo insultaba tan gravemente, Marcela lo estaba haciendo conmigo, sin importarle un poco lo que pasara dentro de mi, fumando tan ávidamente que de mi ya ni se acordaba, ni se fijaba que yo estaba en frente de ella. "Sabes, Santiago compró automóvil, es genial, el fin de semana que viene lo estrenaremos viajando a Manizales, es un poco largo el trayecto pero que más da, a la final la vida es para eso...prometo traerte algo,tal vez una de esas botellitas de aguardiente Caldas que tanto te gusta (Odiaba como combinaba el acento argentino con el colombiano, era tan predispuesta a copiar todo lo que se le atravesaba. )". Yo no tenía automóvil, ni siquiera sabía manejar y ya casi completaba los 24 años. Mi sueldo era escaso y apenas me alcanzaba para pagar el arriendo del cuarto donde dormía y la comida de mi hermana y yo. Mi madre hacía un par de años había fallecido y tras de ella la desgracia más absoluta nos cubrió hasta ahogarnos en deudas y quiebra tras quiebras. "Ojala aún estuvieras con Laura, Santiago siempre dijo que eran una pareja casi perfecta,aunque para el gusto de él un poco aburrida...no te sintás mal, a mi gustas tal como eres, me gustan tus lecturas y cuentos y hasta esas pitnuras que tienes en tu cuarto, pero pues vos sabes que Santiago ama ante todo la tecnología y la practicidad, el buen vino, la buena comida, un partido de tenis y luego rematar con bolos. Ustedes no se han entendido muy bien. Además para completar, la música que vos escuchás él ni la conoce y si lo pudiera hacer tal vez ni le interesaría". Marcela era cruel, dura, pero a la vez encantandora, sus caderas desarmaban mi aliento de venganza y odio quedando solo un mirada triste y vacía. Seguí fumando prometiéndome a mi mismo dejarla al día siguiente, algo relativamente sencillo pues yo no sabía donde vivía y ella, que si sabía donde yo vivía pues había ido un par de veces a mi cuartucho, le iba a ser imposible ahora hallarme pues horas antes nuestras pocas pertenencias había sido sacadas a la calle por el dueño del inquilinato por mora en el pago. Era la última noche, mientras ella me seguía restregando en la cara su buena vida y recriminando mis imprudencias juvenilies,yo solo intentaba recordar los pocos y felices momentos que ella me dio, tal vez ahora tan lejanos como los faraones de antaño pero tan vivos como los sufrimientos que ahí mismo me causaba.

Escuchando El lado Oscuro by Jarabe de Palo

Monday, September 15, 2008

cuando era niño

Aún recordaba sus días de niño cuando junto a su hermana se zambullían en el lago de la casa de su abuela y pasaban horas nadando al lado de patos y cisnes que les deaban lecciones de velocidad y agilidad en el agua. Salían cuando la noches ya casi entraba y al otro día volvían muy temprano esperando poder atrapar el cisne gris que se ocultaba detrás de todo el grupo de aves.
Eran días de una exótica belleza, cargados de luz, de reconfortante calor, de galletas y panecllos recien horneados, de árboles dorados que se internaba de poco a poco en los bordes del lago, de días tan cortos como las noches que las lunas iluminaban como si fueran días de plata y no de oro. Fueron tan fugacez que por poco se le escabullen de su mente, que se ocultaban entre los intercisios de sus creciente oscuridad que lo iba volviendo más apático, mas alejado de todo, más silencioso, más duro y seco con sus coterraneos y sin embargo tan adorado por sus generales por su golpes letales, prácticos, sangrientos y escalofriantes, asesino de asesinos que ahora iba contra su carne, contra sus hermanos de antaño, esos que lo vieron por última vez feliz, que lo adoraron por su afinidad con la tierra y los animales y que sobresaltados se quedaban atónitos ante su magnificencia con la mujer que amaba. Ella fue la última persona que lo vio sonreir, que pudo entrar en su mirada ahora dura e inviolable. Ella, que asesinada y desvirtuada fue su postrera debilidad y suspiro.

escuchando 'The Day That Never Comes' by Metallica