Acaso eran esos en los que ella fumaba y botaba violentamente el humo en su manos, o cuando se quedaba en el baño después de la academia y se comunicaba con él por Walkie Talkie."no me mires así" - le decía luego de que salía del baño y se recostaba en la cama con los audífonos puestos. No entendía perfectamente pero asociaba todo aquello a los momentos que de pequeños jugaban a las escondidas y ella siempre recurría al árbol de mango que cubría la plazoleta del parque principal. Como es lógico siempre la descubría comiéndose uno de ellos. Ella lo observaba con curiosidad, se toteaba de la risa y seguía enguyendose el dulce fruto.
Escuchando Amantes hasta el Fin de Draco